La danza contemporánea nos permite acercarnos a historias y personajes que quizás desde otras disciplinas serían imposibles de abordar.
Cuando hablamos del dolor causado por una experiencia traumática nunca podemos hacernos idea del alcance del mismo hasta que no visualizamos y empatizamos con la víctima, si ese dolor está relacionado con la infancia o la adolescencia la huella se hace casi imposible de borrar.
Este proyecto de danza quiere ser una ventana de luz a la oscuridad generada durante décadas por los abusos y los casos de pederastia dentro de la Iglesia Española.
Para realizar este acercamiento hemos estudiado con profundidad el material que durante años ha publicado el periódico “El País” y que se ha convertido en un asunto de estado gracias a la valentía de algunos periodistas y de las víctimas que han decidido denunciar.
Por todos ellos, para acabar con su dolor y su silencio nace este espectáculo
