Alex O’Dogherty ya no mide las palabras.
Ya no tiene medida, y lo mismo te habla de su perra, de su propio entierro o de los nazis
buenistas.
De chistes en momentos inapropiados, de lo rápido que vamos todos, de la inteligencia artificial
y hasta de los shalalailos.
Lo mismo te hace un Rap, que un Romancero. Y tiene un número especial para los que lleguen
tarde. Muy completito.
Este espectáculo es muy diferente a todo lo anterior, porque su cabeza va a mil por hora. Así que
no te sorprenda si en medio de un discurso, te suelta otro, aunque no venga a cuento.
Curiosamente es un show más Imbécil que el anterior… Más Imbécil todavía…
Ya no las mide, pero sigue jugando con las palabras. Le gustan mucho… hasta que se convierten
en opiniones.
No las soporta. Sobre todo, las no-solicitadas. Y mucho menos a los opinadores. Los opinadores
de todo. De deportes, de cocina, de política, de los cuerpos de la gente, o… de comedia.
Tiene para todos, porque ha crecido. Ya es mayor, como sus palabras. Por eso son Palabras
Mayores.
Si no lo entiendes, ven a verlo.